viernes, 3 de julio de 2015

Diez explosiones que dejaron Madrid en silencio/ Ten explosions that left Madrid in silence


El 11 de marzo de 2004 se produjo en Madrid el mayor atentado terrorista ocurrido en Europa. En apenas cuatro minutos se produjeron 10 explosiones en cuatro trenes de Cercanías atestados de madrileños. Murieron 191 personas y 1.858 resultaron heridas.

Eran las 07.37 horas de la mañana cuando estallaron tres artefactos compuestos por Goma-2 ECO ocultos en mochilas dentro del tren 21431, que estaba situado en la vía 2 de la estación de Atocha. Pocos segundos más tarde, explotaba otro en otro convoy situado en la estación ferroviaria de Santa Eugenia, dos en la de El Pozo del Tío Raimundo y cuatro en un tren que aguardaba a la altura de la calle Téllez. Según se comprobaría después, otros tres explosivos repartidos por los trenes habían fallado y un cuarto, hallado en El Pozo, pudo ser desactivado.

El efecto de estas explosiones fue terrible, pues acabaron con la vida de 191 personas, 177 de ellas en el acto, y causó heridas a otros 1.858 viajeros, aparte de los costes materiales. La magnitud del suceso fue tal que provocó una enorme ola de solidaridad en un Madrid que se quedó en silencio. Taxistas y particulares transportaron a los heridos en sus vehículos hasta hospitales a los que llegaban sanitarios que se hallaban fuera de servicio, mientras muchos pacientes abandonaban el área de urgencias para dejar sitio a las víctimas. Los vecinos más cercanos a los lugares de las explosiones bajaron mantas y comida para los afectados y los madrileños colapsaron los centros de donación de sangre con el objetivo de auxiliar a una ciudad en ‘shock’.

Además de los hospitales de campaña, el Samur tuvo que improvisar un hospital en el polideportivo Daoíz y Velarde para atender a los afectados de la calle Téllez. Ifema habilitó, por su parte, un pabellón para el traslado, identificación y pruebas policiales de los cadáveres y restos. También fue el lugar al que se acercó la familia real para compartir el dolor de los allegados de las víctimas.
El atentado se produjo tres días antes de las elecciones generales y las primeras reacciones de los partidos políticos y los medios de comunicación se centraron en atribuir el ataque a ETA, a pesar de que Batasuna negó la vinculación del grupo terrorista vasco con este atentado. El ministro del Interior, Ángel Acebes, consideró una "intoxicación" cualquier otra posibilidad. Era algo usual que ETA lo intentase en fechas cercanas a los comicios. De hecho, las Fuerzas de Seguridad estaban alerta ante un atentado de la banda terrorista, ya que la policía le había desbaratado un atentado en el mes de diciembre de 2003 con explosivo titadine en trenes con destino a Madrid. La tesis de la autoría de ETA se estableció como línea de investigación prioritaria, aunque en Interior contemplaron también otras posibilidades de forma secundaria.

Precisamente, la policía había podido encontrar las primeras pistas para identificar a los autores materiales del atentado. Los investigadores habían hallado una furgoneta abandonada en la estación de Cercanías de Alcalá de Henares, de la que, según testigos, esa mañana habían salido varios hombres cargados con mochilas. Aunque no se hallaron explosivos en su interior, se encontró una cinta de audio que contenía versículos del Corán grabados y caracteres en árabe en la solapa, así como detonadores de cobre, distintos de los que usa ETA, y parte de un cartucho de dinamita plástica debajo de uno de los asientos.

A pesar de todo ello, a última hora de la tarde de ese 11-M el ministro del Interior certificó la autoría de ETA. Informó de la existencia de la furgoneta y su contenido, sin mencionar que los detonadores eran distintos a los que acostumbraba a utilizar la banda terrorista. Poco después, Al Qaeda reivindicaba los ataques a través de un periódico londinense. La red de Bin Laden acusó a España de complicidad con Estados Unidos y Gran Bretaña en su "cruzada contra el Islam". Poco a poco, la idea del terrorismo islamista fue tomando forma. Los medios de comunicación extranjeros pusieron en duda la autoría de ETA y los nacionales esbozaron una posible manipulación de la información desde instancias oficiales. Acebes siguió reiterando que ETA quería matar antes de las elecciones y que el ‘modus operandi’ era similar al de atentados anteriores de la banda ocurridos en la Nochevieja de 2002 y la Nochebuena de 2003.

El viernes 12 por la tarde, millones de personas salieron a la calle, en la mayor parte de las ciudades españolas, para mostrar su repulsa al terrorismo. A la cabeza de la marcha en Madrid estaban el príncipe Felipe (actual Felipe VI), las infantas y varios jefes de Estado. En la manifestación había pancartas que condenaban a ETA y atacaban a los partidos nacionalistas.



Después de una profunda investigación, la Policía movió ficha el sábado. Apresó a tres marroquíes y dos españoles de origen indio. Desde Interior se empezó a apuntar que, aparte de ETA, podía haber una colaboración eventual de otras organizaciones criminales.

Convocados a través de internet y el teléfono móvil, miles de manifestantes se concentraron ante las sedes del PP, acusando al Gobierno de mentir y retrasar deliberadamente la información sobre la responsabilidad de la masacre. El candidato popular, Mariano Rajoy, denunció que la manifestación era un "hecho gravemente antidemocrático que tiene por objetivo influir y coaccionar la voluntad del electorado en el día de reflexión". La Junta Electoral Central declaró ilegales esas manifestaciones. La Fiscalía, finalmente, no actuó.

La oposición acusó abiertamente al Gobierno de "golpe de Estado informativo” y de "dirigir todas las sospechas en una sola dirección" con la finalidad de "favorecer" sus posiciones políticas en materia antiterrorista y de "evitar que nadie pudiera relacionar este atentado con la participación de España en la guerra y la ocupación ilegal de Irak". De facto, se rompió el pacto antiterrorista entre PP y PSOE, ante las acusaciones mutuas de uso electoralista de los atentados. A medianoche, el Ministerio del Interior informó de que un supuesto ‘portavoz militar’ de Al Qaeda en Europa había asumido la responsabilidad de los atentados.

Las elecciones estuvieron marcadas por la mayor participación de la historia democrática española. El PSOE venció contra todo pronóstico, con lo que los analistas señalaron los atentados como la principal razón del cambio de tendencia política.

El 3 de abril, la Policía cercó a algunos de los responsables del atentado en un piso de la de Carmen Martín Gaite en Leganés. Los islamistas decidieron suicidarse detonando varias cargas de dinamita. En la explosión no solo murieron los terroristas sino también el subinspector policial del Grupo Especial de Operaciones, Francisco Javier Torronteras.

El juicio por los atentados se desarrolló entre el 15 de febrero y el 2 de julio de 2007 en un pabellón de la Audiencia Nacional en la Casa de Campo. El juez Javier Gómez Bermúdez dictó sentencia el 31 de octubre de 2007 tras un intenso juicio en el que declararon 650 testigos y 98 peritos. En la misma concluyó que los atentados fueron obra de una célula yihadista inspirada por Al Qaeda, que quería responder así a la participación española en la guerra de Irak.

De los 29 procesados, 12 fueron absueltos. Othman El Gnaoui (con 42.922 años de prisión) y Jamal Zougam (42.924 años) sufrieron las principales condenas, junto a Emilio Suárez Trashorras (34.715 años), por haber facilitado los explosivos a los terroristas.

El legado del 11-M se reflejó en la construcción de numerosos monumentos por toda la región. El Parlamento Europeo declaró el día 11 de marzo 'día de las víctimas del terrorismo'.

Nota: Este texto es uno de los reportajes que escribí para la crónica de la Comunidad de Madrid que publicó Madridiario de los doce primeros años del siglo XXI, titulado 'Madrid, Siglo XXI' (descargar)

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On 11 March 2004 Madrid suffered the gravest terrorist attack happened in Europe. In just four minutes, there were 10 blasts in four trains of Cercanías full of people. 191 people died and 1.858 injured.

It was 07.37 AM when three artifacts made with dynamite Goma-2 ECO, hidden in backpacks inside train 21431 placed in Atocha station track 2, exploded. A few seconds later, another one detonated in another convoy in Santa Eugenia, two in Pozo del Tio Raimundo and four in a train that was waiting near Téllez street. According to subsequent investigations, another three explosives shared out in another trains had failed and a fourth one, found in El Pozo, could be deactivated.

The effect of these explosions was terrible because killed 191 people, 177 immediately, and 1.858 injured, apart material costs. The magnitude of the event was such that caused a huge solidarity wave in a city that left in silence. Taxi drivers and individuals transported injured in their vehicles to hospitals where nurses and doctors out of service went there to pull together, while patients left E.R. to allow room to the victims. Closest neighborhood took down blankets and food to affected and Madrilenian people jammed blood donation services because they want to help a city in shock.

Besides field hospitals, Samur (emergency service in Madrid) had to improvise a new sanitary place in the sports center Daoíz y Velarde to pay attention to people affected in Téllez. Ifema (Madrid exhibition ground) set up a pavilion to move, identify and investigate corpses and another rests. It was also the place where Royal Family went to share intimate victims grief.
The attack happened three days before general elections and the first political and mass press media reactions were focused in attribute the attempt to ETA, despite Batasuna (pro ETA party) denied any link between the Basque terrorist gand and the event. Minister of Internal Affairs, Ángel Acebes, considered and 'intoxication' any further possibility. It was something usual that ETA attempted close to elections. In fact, Security Forces were on the alert facing a hypothetical terrorist attack, because Police had ruined a Titadyne attempt in December 2003 in trains to Madrid. ETA thesis was set up as the priorityline of enquiry, although Internal Affairs studied another possibilities as secondary lines.

Precisely, Police had been able to find first clues to identify the authors of the attack. Investigators had found an abandoned van in the Alcalá de Henares train Station. According to witnesses, this morning many men had left from the vehicle bringing backpacks. Despite policemen didn't find explosives inside, they discovered a cassette tape with Quranic verses and Arab signsin the cover, as well as copper detonators, different as used by ETA, and a piece of plastic dynamite under one seat.

Despite the investigations, late afternoon of that 11 March, the minister of Internal Affairs certified ETA's autorship. He admitted the existence of the van and its contents, let alone that detonators wer different as ETA used typically. Shortly after, Al Qaeda claimed responsibility for the attacks in a British newspaper. Bin Laden's gang accused Spain its support to USA and UK in their 'crusade against Islam'. Bit by bit the Islamic terrorism idea took shape. Foreign media questioned ETA's authorship and Spanish ones denounced a possible manipulation from the official information. Acebes continued reiterated that ETA wanted to kill before elections and the 'modus operandi' was similar to past Basque gang attacks happened in 2002 New Year's Eve and 2003 Christmas Eve.

Friday 12 afternoon, several million people took to the streets, in most of the Spanish cities, to show their rejection of terrorism. Leading the protest in Madrid were prince Felipe (currently, Felipe VI), infantas and a lot of heads of State. In the protest, there were placards condemning ETA and attacking Spanish nationalist parties.


After a deep investigation, Police made a move on Saturday. Three Moroccan and two Indian Spaniards were captured. Interior started to point to another idea: apart from ETA, there could be an eventual collaboration from another criminal organizations.

Thousands of demonstrators, called together by the Internet and cell phones, assemble in front of Partido Popular (conservative party in government) headquarters, accusing government of lying and delaying intentionally information about the massacre. Conservative candidate, Mariano Rajoy, denounced that protest was a "grave antidemocratic fact which aims to influence and coerce the will of the electorate in the day of reflection". The Central Electoral Commision declared the demonstration illegal. Finally, public prosecutor didn't adopt any measure.

Opposition openly charged government with 'informative coup' and 'conduct all suspicion in a single direction' for the purposes of 'favouring' their antiterrorist political position and 'preventing nobody could link this attack with the Spanish involvement in Iraq War and the illegal occupation of that country'. De facto, the national antiterrorist pact was broken between PP and PSOE (socialist party), in the middle of mutual accusations of electioneering. Midnight, Ministery of Internal Affairs informed that a supposed Al Qaeda 'military spokesperson' in Europe had taken responsibility for the attack.

Elections were marked by the greatest participation in the Spanish democratic history. Against the odds, PSOE won. Analysts noted that attack was the main reason of the change in political trends.



3 April, Police fenced some responsibles of the attack in a flat placed in Carmen Martín Gaite street, in Leganés. Islamic fundamentalists decided to commit suicide detonating dynamite. The explosion also killed Special Operations Forces Police sub-inspector, Francisco Javier Torronteras.

The trial was conducted between 15 February and 2 July 2007 in a National High Court pavillion in the Casa de Campo. The judge Javier Gómez Bermúdez sentenced in 31 October 2007, after an impassioned trial with 650 witnesses and 98 experts. He concluded that attacks were the deed of a jihadist cell inspired by Al Qaida, in response to the Spanish participation in Iraq War.

12 from 29 accused were absolved. Othman El Gnaoui (42.922 years imprisonment) and Jamal Zougam (42.924 years) were condemned with the worst sentences, as well as Emilio Suárez Trashorras (34.715 years), for supplying the explosives to terrorists.

11-M legacy was reflected in the construction of many monuments in the region of Madrid. European Parliament declared 11 March Day for the Victims of Terrorism.


Note: This text is one of the features I wrote in the chronicle about 12 first XXI century years in Community of Madrid that Madridiario edited with the title 'Madrid, Siglo XXI' (download).

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